Diversidad Cultural y Juventudes

Una vez más las ideas, las posturas y los enojos confluyen, sabemos que la democracia es una construcción social, y en la medida en que la humanidad crece y se desarrolla, permanentemente se acumulan experiencias acerca de las formas de participación y se generan nuevas contradicciones sociales, las sociedades cambian, avanzan y con ellas también intenta hacerlo la democracia. Hoy nuestro país está siendo violentado desde diferentes frentes, ante lo que nos sentimos impotentes y porque no decirlo también temerosos, los jóvenes y las culturas juveniles representan una deuda pendiente para la sociedad, les debemos un mundo mejor y paradójicamente la sociedad les asigna un papel fundamental en la construcción de este mundo y de la democracia, sin que tengan condiciones para hacerlo y peor aún siendo este un proceso obstaculizado desde muchos frentes.

Hoy presenciamos en México condiciones sociales distintas, la diversidad cultural ha dejado de ser un problema, cuando menos en el discurso oficial, habrá que entenderla como uno de los más preciado recursos con los que cuentan las sociedades para construir de manera colectiva, y no por decreto oficial, relaciones inclusivas, participativas y verdaderamente democráticas.

Frente a esto los jóvenes tienen una incidencia importante, nos muestran formas de participación incluyentes e innovadoras, desde las que se apropian del espacio público en forma individual y colectiva. Muestras hay muchas, grupos y colectivos juveniles ambientalistas, que trabajan a favor de los derechos humanos, por los derechos sexuales y reproductivos, formando nuevas expresiones culturales, promoviendo la equidad de género, la paz y la seguridad.

En México organizaciones y colectivos juveniles, jóvenes activistas, estudiantes, se suman a causas que parecieran perdidas, se enfrentan como todos lo hacemos a la inseguridad, a un país conflictivo, donde prevalece la impunidad y la corrupción, donde las violaciones a los derechos humanos son la nota diaria, se enfrenta al peligro cotidiano de ser reclutados o baleados, sin embargo están y se rebelan frente a todas las injusticias que estamos viviendo, frente a un Estado fallido, frente al doble discurso de las instituciones y de muchos adultos.

Los jóvenes se desde en ntodos los espacios, desde las marchas y del activismo en todas sus dimensiones, desde sus expresiones culturales, irrumpen en la política y en lo público con el enojo y la rabia que a todos hoy nos embarga.